La extracción de resina en los pinares del sur de Europa ha sido una actividad productiva importante para los propietarios de montes, generadora de empleo rural y proveedora de una materia prima natural, renovable y demandada en la potente industria química del Sudoe.

Además, su efecto en la conservación de estos pinares y en la prevención de incendios ha sido notable. La extracción de la resina conlleva una selvicultura más activa y genera montes abiertos, menor cantidad de combustibles, presencia de resineros en la época de mayor peligro, vinculación laboral de la población rural, etc. Estos efectos han ido desapareciendo con el decaimiento de la actividad, y el escaso atractivo que tiene para los jóvenes por su reducida rentabilidad, su carácter artesanal o su exigencia física.

Por otro lado, las industrias transformadoras asentadas en el territorio Sudoe, y principalmente en el sur de Francia, se ven obligadas a comprar resina en el sudeste asiático, América y otros mercados internacionales, sin garantías de su origen sostenible, haciéndolas dependientes de un suministro cada vez más inestable.